Martes Santo
Templo de San Francisco el Grande, La Antigua Guatemala
03 de Abril de 2012
Jesús Conducido ante
Pilato
27 1 Cuando amaneció, todos los sumos sacerdotes y ancianos
del pueblo deliberaron sobre la manera de hacer ejecutar a Jesús. 2 Después de
haberlo atado, lo llevaron ante Pilato, el gobernador, y se lo entregaron.
3 Judas, el que lo entregó, viendo que
Jesús había sido condenado, lleno de remordimiento, devolvió las treinta
monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: "He
pecado, entregando sangre inocente". Ellos respondieron: "¿Qué nos
importa? Es asunto tuyo". 5 Entonces él, arrojando las monedas en el
Templo, salió y se ahorcó. 6 Los sumos sacerdotes, juntando el dinero, dijeron:
"No está permitido ponerlo en el tesoro, porque es precio de sangre".
7 Después de deliberar, compraron con él un campo, llamado "del
alfarero", para sepultar a los extranjeros. 8 Por esta razón se lo llama
hasta el día de hoy "Campo de sangre". 9 Así se cumplió lo anunciado
por el profeta Jeremías: Y ellos recogieron las treinta monedas de plata,
cantidad en que fue tasado aquel a quien pusieron precio los israelitas. 10
Con el dinero se compró el "Campo del alfarero", como el Señor me
lo había ordenado.
11 Jesús compareció ante el
gobernador, y este le preguntó: "¿Tú eres el rey de los judíos?". Él
respondió: "Tú lo dices". 12 Al ser acusado por los sumos sacerdotes
y los ancianos, no respondió nada. 13 Pilato le dijo: "¿No oyes todo lo
que declaran contra ti?". 14 Jesús no respondió a ninguna de sus
preguntas, y esto dejó muy admirado al gobernador.
15 En cada Fiesta, el gobernador
acostumbraba a poner en libertad a un preso, a elección del pueblo. 16 Había
entonces uno famoso, llamado Barrabás. 17 Pilato preguntó al pueblo que estaba
reunido: "¿A quién quieren que ponga en libertad, a Barrabás o a Jesús,
llamado el Mesías?". 18 Él sabía bien que lo habían entregado por envidia.
19 Mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: "No te
mezcles en el asunto de ese justo, porque hoy, por su causa, tuve un sueño que
me hizo sufrir mucho".
20 Mientras tanto, los sumos
sacerdotes y los ancianos convencieron a la multitud que pidiera la libertad de
Barrabás y la muerte de Jesús. 21 Tomando de nuevo la palabra, el gobernador
les preguntó: "¿A cuál de los dos quieren que ponga en libertad?".
Ellos respondieron: "A Barrabás". 22 Pilato continuó: "¿Y qué
haré con Jesús, llamado el Mesías?". Todos respondieron: "¡Que sea
crucificado!". 23 Él insistió: "¿Qué mal ha hecho?". Pero ellos
gritaban cada vez más fuerte: "¡Que sea crucificado!".
24 Al ver que no se llegaba a nada,
sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos
delante de la multitud, diciendo: "Yo soy inocente de esta sangre. Es
asunto de ustedes". 25 Y todo el pueblo respondió: "Que su sangre
caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos". 26 Entonces, Pilato puso en
libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó
para que fuera crucificado.
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