Jueves Santo
Solemne Procesión de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Humildad
y Venerada Imagen de la Santísima Virgen de Dolores
Aldea San Cristóbal el Bajo, La Antigua Guatemala
02 de Abril 2015
Ten piedad de mí, Oh Dios
Del maestro de coro. Salmo de David. Cuando el profeta Natán
lo visitó, después que aquel se había unido a Betsabé.
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!
Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti solo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos.
Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.
Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
Salmo 51 (50) 1-10
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Oh, Madre mía, sé mi amparo y mi esperanza
¡Oh María, consuelo de cuantos te invocan!
Escucha benigna la confiada oración que en mi necesidad
elevo al trono en tu misericordia.
¿A quién podré recurrir mejor que a ti, Virgen Bendita, que
solo respiras dignidad y clemencia, que dueña de todos los bienes de Dios sólo
piensas en difundirlos en torno nuestro? Sé pues mi amparo, mi esperanza en
esta ocasión; y ya que devotamente pende de mi cuello la medalla milagrosa,
prenda inestimable de tu amor, concédeme Madre Dolorosa, concédeme el consuelo
que con tanta insistencia te pido.
Amén
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