Segundo Domingo de Cuaresma
Solemne Procesión de las Veneradas Imágenes de Jesús Nazareno
y Santísima Virgen de Dolores
Aldea Santa Inés del Montepulciano, La Antigua Guatemala
21 de Febrero 2016
El sacrificio del Carmelo
Entonces Elías dijo a todo el pueblo: "¡Acérquense a
mí!". Todo el pueblo se acercó a él, y él restauró el altar del Señor que
había sido demolido: tomó doce piedras, conforme al número de los hijos de
Jacob, a quien el Señor había dirigido su palabra, diciéndole: "Te
llamarás Israel", y con esas piedras erigió un altar al nombre del Señor.
Alrededor del altar hizo una zanja, como un surco para dos medidas de semilla. Luego
dispuso la leña, despedazó el novillo y lo colocó sobre la leña. Después dijo:
"Llenen de agua cuatro cántaros y derrámenla sobre el holocausto y sobre
la leña". Así lo hicieron. Él añadió: "Otra vez". Lo hicieron
por segunda vez, y él insistió: "Una vez más". Lo hicieron por
tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó de
agua.
A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se
adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy
se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya
hice todas estas cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que este pueblo
reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que eres tú el que les ha cambiado el
corazón".
Entonces cayó el fuego del Señor: Abrazó el holocausto, la
leña, las piedras y la tierra, y secó el agua de la zanja. Al ver esto, todo el
pueblo cayó con el rostro en tierra y dijo: "¡El Señor es Dios! ¡El Señor
es Dios!".
Primer Libro de los Reyes 18, 30-39
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