Viernes de la Tercera Semana de Cuaresma
(Cuarto Viernes)
Solemne Velación de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Dulce Mirada
Aldea Santa Ana, La Antigua Guatemala
24 de Marzo 2017
La visión de las cuatro bestias
El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un
sueño y unas visiones en su imaginación, mientras se hallaba en su lecho. Él
escribió el sueño. Este es el comienzo del relato. Daniel tomó la palabra y
dijo: Yo miraba en mis visiones nocturnas, y vi los cuatro vientos del cielo
que agitaban el gran mar. Y cuatro animales enormes, diferentes entre sí,
emergieron del mar. El primero era como un león y tenía alas de águila. Yo
estuve mirando hasta que fueron arrancadas sus alas; él fue levantado de la
tierra y puesto de pie sobre dos patas como un hombre, y le fue dado un corazón
de hombre. Luego vi otro animal, el segundo, semejante a un oso; él estaba
medio erguido y tenía tres costillas en su boca, entre sus dientes. Y le
hablaban así: "¡Levántate, devora carne en abundancia!". Después de
esto, yo estaba mirando y vi otro animal como un leopardo; tenía cuatro alas de
pájaro sobre el dorso y también cuatro cabezas, y le fue dado el dominio. Después
de esto, yo estaba mirando en las visiones nocturnas y vi un cuarto animal, terrible,
espantoso y extremadamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro, comía,
trituraba y el resto lo pisoteaba con las patas. Era diferente de todos los
animales que lo habían precedido, y tenía diez cuernos. Yo observaba los
cuernos, y vi otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos. Tres de los
cuernos anteriores fueron arrancados delante de él, y sobre este cuerno había
unos ojos como de hombre y una boca que hablaba con insolencia.
Yo estuve mirando
hasta que fueron colocados unos tronos
y un Anciano se sentó.
Su vestidura era blanca como la nieve
y los cabellos de su cabeza como la lana pura;
su trono, llamas de fuego,
con ruedas de fuego ardiente.
Un río de fuego brotaba
y corría delante de él.
Miles de millares lo servían,
y centenares de miles estaban de pie en su presencia.
El tribunal se sentó
y fueron abiertos unos libros.
Yo miraba a causa de las insolencias que decía el cuerno:
estuve mirando hasta que el animal fue muerto, y su cuerpo destrozado y
entregado al ardor del fuego. También a los otros animales les fue retirado el
dominio, pero se les permitió seguir viviendo por un momento y un tiempo.
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas,
y vi que venía sobre las nubes del cielo
como un Hijo de hombre;
él avanzó hacia el Anciano
y lo hicieron acercar hasta él.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino,
y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas.
Su dominio es un dominio eterno que no pasará,
y su reino no será destruido.
Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y
las visiones de mi imaginación me llenaron de espanto. Me acerqué a uno de los
que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo aquello. Él me habló
y me hizo conocer la interpretación de las cosas. "Esos cuatro animales
enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra; y los Santos del Altísimo
recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los
siglos".
Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que
era diferente de todos los demás, extremadamente terrible, y que tenía dientes
de hierro y garras de bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto
con las patas; y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro
cuerno que se había elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el
cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más
grande que los otros. Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del
Altísimo y prevalecía sobre ellos, hasta que vino el Anciano, se hizo justicia
a los Santos del Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en
posesión de la realeza.
Él habló así: "En lo que respecta al cuarto animal,
habrá sobre la tierra un cuarto reino,
diferente de todos los reinos:
él devorará toda la tierra,
la pisoteará y la triturará.
En cuanto a los diez cuernos,
de este reino surgirán diez reyes,
y otro surgirá después de ellos:
será diferente de los anteriores
y abatirá a tres reyes.
Hablará contra el Altísimo
y maltratará a los Santos del Altísimo.
Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley,
y los Santos serán puestos en sus manos
por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Pero luego se sentará el tribunal,
y a ese rey se le quitará el dominio,
para que sea destruido y aniquilado definitivamente.
Y la realeza, el dominio y
la grandeza de todos los reinos bajo el cielo
serán entregados al pueblo de los Santos del Altísimo.
Su reino es un reino eterno,
y todos los imperios lo servirán y le obedecerán".
Aquí termina el relato. En cuanto a mí, Daniel, mis
pensamientos me llenaron de espanto y cambié de color. Y yo conservé estas
cosas en mi corazón.
Libro de Daniel, capítulo 7
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