Sábado de la Cuarta Semana de Cuaresma
(Quinto Sábado)
Solemne Procesión Infantil de las réplicas de Jesús Sepultado
Y Santísima Virgen de Soledad
Parroquia Nuestra Señora de los Remedios
Templo de la Escuela de Cristo
12 de Marzo 2016
Todo está consumado
Cuando llegaron al lugar llamado "del Cráneo", lo
crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su
izquierda. Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen". Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos. El
pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha
salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el
Elegido!". También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle
vinagre, le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti
mismo!". Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de
los judíos". Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
"¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el
otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la
misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras
culpas, pero él no ha hecho nada malo". Y decía: "Jesús, acuérdate de
mí cuando vengas a establecer tu Reino". Él le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás
conmigo en el Paraíso". Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la
oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo
se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: "Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu". Y diciendo esto, expiró.
Evangelio según San Lucas 23, 33-46
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